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27 de octubre de 2022 - 11:00h
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762-FRAY MANUEL BAYEU Y SUBÍAS, (Zaragoza 1740-1809) Ca. 1768-70 “Visitación de María a su prima Santa Isabel”
Precio de salida:
18.000 €
FRAY MANUEL BAYEU Y SUBÍAS, (Zaragoza 1740-1809)
Ca. 1768-70
“Visitación de María a su prima Santa Isabel”
Óleos sobre lienzo
Medidas: 62 x64 cm.
Manuel Bayeu y Subías ingresó en la Orden Cartuja muy joven, donde desarrolló gran parte de su producción en diversos edificios monásticos como la Cartuja de las Fuentes o del Aula-Dei, en Aragón, o Valldemosa, en Baleares.
Pese a su clausura, estuvo al corriente de las tendencias tardobarrocas de la zona, gran parte influenciadas por el arte de Corrado Giaquinto, al mismo tiempo que tuvo contacto con sus hermanos pintores, Francisco y Ramón, y con su cuñado Francisco de Goya.
Su formación pictórica la realizaría a partir de 1754 en el taller de José Luzán y con su hermano Francisco. A su llegado a Madrid, en 1758, fue inscrito, junto a su hermano Ramón, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero las discrepancias entre su hermano Francisco con el académico Antonio González, seguidor directo de Giaquinto, forzaron la vuelta a Zaragoza, donde tuve que aprender como ayudante en el taller de Francisco, asumió su estilo, las corrientes del momento, pero siempre desde una manera más personal y menos desarrollada en comparación Francisco. En diciembre de 1760, fray Manuel Bayeu, ingresó en la cartuja de Las Fuentes, en Huesca.
Esta cartuja sería su centro más importante dentro de su producción, donde llegó a pintar unos 2.000 metros cuadrados de pinturas murales en la iglesia, el claustro, las capillas y otras dependencias del cenobio. La decoración pictórica de la iglesia de la cartuja de Las Fuentes se efectuará entre 1768 y 1777. La cartuja, a Nuestra Señora de las Fuentes, fue la motivación principal por la que Bayeu pintó todo un ciclo de pinturas al fresco en la bóveda de la nave de la iglesia. El ciclo mariano contaba de cuatro panales o cuadros con diferentes representaciones de la vida de la Virgen: Presentación de María en el templo, los Desposorios, la Anunciación y la Visitación. Recientemente los cuatro han sido restauradas en 2022. Otras dependencias de la cartuja también fueron decoradas al fresco, como el presbiterio con la Asunción y la cúpula sobre el crucero con las cuatro virtudes cardinales y las cuatro mujeres fuertes de la Biblia en las pechinas. En los muros perimetrales de la iglesia, en cuadros enmarcados, desarrolló un ciclo de la vida y pasión de Cristo.
A la hora de realizar las pinturas de la bóveda, como era habitual en los talleres, para ver cómo encajaría la composición de la escena al pasar la idea al fresco, primero el maestro solía realizar un boceto donde pintaba la composición definitiva a una escala menor de la que sería la real del fresco. La pintura que nos concierne es el boceto de la Visitación pintada después al fresco, al igual que el boceto de esta serie conservado en las Colecciones del Banco de España, La presentación de la Virgen en el templo, (CAT.P_79). Sin embargo, estas pinturas están más más acabada que un simple boceto. Este ciclo pictórico da prueba de la importante influencia que sobre los
pintores españoles del siglo XVIII tuvo la obra de Corrado Giaquinto.
El pasaje evangélico de la Visitación cuenta que después del anuncio del arcángel San Gabriel a la Virgen, María visitó a su prima Santa Isabel que también estaba encinta de San Juan Bautista. El encuentro entre ambas mujeres, que se saludan tomándose de la mano, se produce a las puertas de la casa de Isabel y Zacarías, que se representa con un arquitectura palaciega clasicista barroca. A María le acompaña su esposo San José, junto a mula que les llevará a Belén. Como fondo hay un cielo nuboso sobre el que se recortan algunos frondosos árboles. La composición está, como el resto de cuadros de la seria, sometido a una perspectiva para ser vista de abajo a arriba.
En el año 2015, la Diputación Provincial de Huesca adquirió el conjunto monástico de la
Cartuja, declarado Bien de Interés Cultural, que había permanecido en manos privadas desde la exclaustración de sus monjes en el siglo XIX.
Procedencia: colección Estavillo, Madrid,
Publicado en: Exposición pinturas de los siglos XVII, XVIII y XIX, celebrada en la sala Atenea de Huesca en abril de 1981.
Calvo Ruata, José Ignacio, Vida y obra del pintor fray Manuel Bayeu, “Parte tercera: Catalogo de obras”, Tesis doctoral, 2016, Universidad de Zaragoza, pág. 26 y figs. 25 y 26.
Ca. 1768-70
“Visitación de María a su prima Santa Isabel”
Óleos sobre lienzo
Medidas: 62 x64 cm.
Manuel Bayeu y Subías ingresó en la Orden Cartuja muy joven, donde desarrolló gran parte de su producción en diversos edificios monásticos como la Cartuja de las Fuentes o del Aula-Dei, en Aragón, o Valldemosa, en Baleares.
Pese a su clausura, estuvo al corriente de las tendencias tardobarrocas de la zona, gran parte influenciadas por el arte de Corrado Giaquinto, al mismo tiempo que tuvo contacto con sus hermanos pintores, Francisco y Ramón, y con su cuñado Francisco de Goya.
Su formación pictórica la realizaría a partir de 1754 en el taller de José Luzán y con su hermano Francisco. A su llegado a Madrid, en 1758, fue inscrito, junto a su hermano Ramón, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero las discrepancias entre su hermano Francisco con el académico Antonio González, seguidor directo de Giaquinto, forzaron la vuelta a Zaragoza, donde tuve que aprender como ayudante en el taller de Francisco, asumió su estilo, las corrientes del momento, pero siempre desde una manera más personal y menos desarrollada en comparación Francisco. En diciembre de 1760, fray Manuel Bayeu, ingresó en la cartuja de Las Fuentes, en Huesca.
Esta cartuja sería su centro más importante dentro de su producción, donde llegó a pintar unos 2.000 metros cuadrados de pinturas murales en la iglesia, el claustro, las capillas y otras dependencias del cenobio. La decoración pictórica de la iglesia de la cartuja de Las Fuentes se efectuará entre 1768 y 1777. La cartuja, a Nuestra Señora de las Fuentes, fue la motivación principal por la que Bayeu pintó todo un ciclo de pinturas al fresco en la bóveda de la nave de la iglesia. El ciclo mariano contaba de cuatro panales o cuadros con diferentes representaciones de la vida de la Virgen: Presentación de María en el templo, los Desposorios, la Anunciación y la Visitación. Recientemente los cuatro han sido restauradas en 2022. Otras dependencias de la cartuja también fueron decoradas al fresco, como el presbiterio con la Asunción y la cúpula sobre el crucero con las cuatro virtudes cardinales y las cuatro mujeres fuertes de la Biblia en las pechinas. En los muros perimetrales de la iglesia, en cuadros enmarcados, desarrolló un ciclo de la vida y pasión de Cristo.
A la hora de realizar las pinturas de la bóveda, como era habitual en los talleres, para ver cómo encajaría la composición de la escena al pasar la idea al fresco, primero el maestro solía realizar un boceto donde pintaba la composición definitiva a una escala menor de la que sería la real del fresco. La pintura que nos concierne es el boceto de la Visitación pintada después al fresco, al igual que el boceto de esta serie conservado en las Colecciones del Banco de España, La presentación de la Virgen en el templo, (CAT.P_79). Sin embargo, estas pinturas están más más acabada que un simple boceto. Este ciclo pictórico da prueba de la importante influencia que sobre los
pintores españoles del siglo XVIII tuvo la obra de Corrado Giaquinto.
El pasaje evangélico de la Visitación cuenta que después del anuncio del arcángel San Gabriel a la Virgen, María visitó a su prima Santa Isabel que también estaba encinta de San Juan Bautista. El encuentro entre ambas mujeres, que se saludan tomándose de la mano, se produce a las puertas de la casa de Isabel y Zacarías, que se representa con un arquitectura palaciega clasicista barroca. A María le acompaña su esposo San José, junto a mula que les llevará a Belén. Como fondo hay un cielo nuboso sobre el que se recortan algunos frondosos árboles. La composición está, como el resto de cuadros de la seria, sometido a una perspectiva para ser vista de abajo a arriba.
En el año 2015, la Diputación Provincial de Huesca adquirió el conjunto monástico de la
Cartuja, declarado Bien de Interés Cultural, que había permanecido en manos privadas desde la exclaustración de sus monjes en el siglo XIX.
Procedencia: colección Estavillo, Madrid,
Publicado en: Exposición pinturas de los siglos XVII, XVIII y XIX, celebrada en la sala Atenea de Huesca en abril de 1981.
Calvo Ruata, José Ignacio, Vida y obra del pintor fray Manuel Bayeu, “Parte tercera: Catalogo de obras”, Tesis doctoral, 2016, Universidad de Zaragoza, pág. 26 y figs. 25 y 26.
FRAY MANUEL BAYEU Y SUBÍAS, (Zaragoza 1740-1809)
Ca. 1768-70
“Visitación de María a su prima Santa Isabel”
Óleos sobre lienzo
Medidas: 62 x64 cm.
Manuel Bayeu y Subías ingresó en la Orden Cartuja muy joven, donde desarrolló gran parte de su producción en diversos edificios monásticos como la Cartuja de las Fuentes o del Aula-Dei, en Aragón, o Valldemosa, en Baleares.
Pese a su clausura, estuvo al corriente de las tendencias tardobarrocas de la zona, gran parte influenciadas por el arte de Corrado Giaquinto, al mismo tiempo que tuvo contacto con sus hermanos pintores, Francisco y Ramón, y con su cuñado Francisco de Goya.
Su formación pictórica la realizaría a partir de 1754 en el taller de José Luzán y con su hermano Francisco. A su llegado a Madrid, en 1758, fue inscrito, junto a su hermano Ramón, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero las discrepancias entre su hermano Francisco con el académico Antonio González, seguidor directo de Giaquinto, forzaron la vuelta a Zaragoza, donde tuve que aprender como ayudante en el taller de Francisco, asumió su estilo, las corrientes del momento, pero siempre desde una manera más personal y menos desarrollada en comparación Francisco. En diciembre de 1760, fray Manuel Bayeu, ingresó en la cartuja de Las Fuentes, en Huesca.
Esta cartuja sería su centro más importante dentro de su producción, donde llegó a pintar unos 2.000 metros cuadrados de pinturas murales en la iglesia, el claustro, las capillas y otras dependencias del cenobio. La decoración pictórica de la iglesia de la cartuja de Las Fuentes se efectuará entre 1768 y 1777. La cartuja, a Nuestra Señora de las Fuentes, fue la motivación principal por la que Bayeu pintó todo un ciclo de pinturas al fresco en la bóveda de la nave de la iglesia. El ciclo mariano contaba de cuatro panales o cuadros con diferentes representaciones de la vida de la Virgen: Presentación de María en el templo, los Desposorios, la Anunciación y la Visitación. Recientemente los cuatro han sido restauradas en 2022. Otras dependencias de la cartuja también fueron decoradas al fresco, como el presbiterio con la Asunción y la cúpula sobre el crucero con las cuatro virtudes cardinales y las cuatro mujeres fuertes de la Biblia en las pechinas. En los muros perimetrales de la iglesia, en cuadros enmarcados, desarrolló un ciclo de la vida y pasión de Cristo.
A la hora de realizar las pinturas de la bóveda, como era habitual en los talleres, para ver cómo encajaría la composición de la escena al pasar la idea al fresco, primero el maestro solía realizar un boceto donde pintaba la composición definitiva a una escala menor de la que sería la real del fresco. La pintura que nos concierne es el boceto de la Visitación pintada después al fresco, al igual que el boceto de esta serie conservado en las Colecciones del Banco de España, La presentación de la Virgen en el templo, (CAT.P_79). Sin embargo, estas pinturas están más más acabada que un simple boceto. Este ciclo pictórico da prueba de la importante influencia que sobre los
pintores españoles del siglo XVIII tuvo la obra de Corrado Giaquinto.
El pasaje evangélico de la Visitación cuenta que después del anuncio del arcángel San Gabriel a la Virgen, María visitó a su prima Santa Isabel que también estaba encinta de San Juan Bautista. El encuentro entre ambas mujeres, que se saludan tomándose de la mano, se produce a las puertas de la casa de Isabel y Zacarías, que se representa con un arquitectura palaciega clasicista barroca. A María le acompaña su esposo San José, junto a mula que les llevará a Belén. Como fondo hay un cielo nuboso sobre el que se recortan algunos frondosos árboles. La composición está, como el resto de cuadros de la seria, sometido a una perspectiva para ser vista de abajo a arriba.
En el año 2015, la Diputación Provincial de Huesca adquirió el conjunto monástico de la
Cartuja, declarado Bien de Interés Cultural, que había permanecido en manos privadas desde la exclaustración de sus monjes en el siglo XIX.
Procedencia: colección Estavillo, Madrid,
Publicado en: Exposición pinturas de los siglos XVII, XVIII y XIX, celebrada en la sala Atenea de Huesca en abril de 1981.
Calvo Ruata, José Ignacio, Vida y obra del pintor fray Manuel Bayeu, “Parte tercera: Catalogo de obras”, Tesis doctoral, 2016, Universidad de Zaragoza, pág. 26 y figs. 25 y 26.
Ca. 1768-70
“Visitación de María a su prima Santa Isabel”
Óleos sobre lienzo
Medidas: 62 x64 cm.
Manuel Bayeu y Subías ingresó en la Orden Cartuja muy joven, donde desarrolló gran parte de su producción en diversos edificios monásticos como la Cartuja de las Fuentes o del Aula-Dei, en Aragón, o Valldemosa, en Baleares.
Pese a su clausura, estuvo al corriente de las tendencias tardobarrocas de la zona, gran parte influenciadas por el arte de Corrado Giaquinto, al mismo tiempo que tuvo contacto con sus hermanos pintores, Francisco y Ramón, y con su cuñado Francisco de Goya.
Su formación pictórica la realizaría a partir de 1754 en el taller de José Luzán y con su hermano Francisco. A su llegado a Madrid, en 1758, fue inscrito, junto a su hermano Ramón, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero las discrepancias entre su hermano Francisco con el académico Antonio González, seguidor directo de Giaquinto, forzaron la vuelta a Zaragoza, donde tuve que aprender como ayudante en el taller de Francisco, asumió su estilo, las corrientes del momento, pero siempre desde una manera más personal y menos desarrollada en comparación Francisco. En diciembre de 1760, fray Manuel Bayeu, ingresó en la cartuja de Las Fuentes, en Huesca.
Esta cartuja sería su centro más importante dentro de su producción, donde llegó a pintar unos 2.000 metros cuadrados de pinturas murales en la iglesia, el claustro, las capillas y otras dependencias del cenobio. La decoración pictórica de la iglesia de la cartuja de Las Fuentes se efectuará entre 1768 y 1777. La cartuja, a Nuestra Señora de las Fuentes, fue la motivación principal por la que Bayeu pintó todo un ciclo de pinturas al fresco en la bóveda de la nave de la iglesia. El ciclo mariano contaba de cuatro panales o cuadros con diferentes representaciones de la vida de la Virgen: Presentación de María en el templo, los Desposorios, la Anunciación y la Visitación. Recientemente los cuatro han sido restauradas en 2022. Otras dependencias de la cartuja también fueron decoradas al fresco, como el presbiterio con la Asunción y la cúpula sobre el crucero con las cuatro virtudes cardinales y las cuatro mujeres fuertes de la Biblia en las pechinas. En los muros perimetrales de la iglesia, en cuadros enmarcados, desarrolló un ciclo de la vida y pasión de Cristo.
A la hora de realizar las pinturas de la bóveda, como era habitual en los talleres, para ver cómo encajaría la composición de la escena al pasar la idea al fresco, primero el maestro solía realizar un boceto donde pintaba la composición definitiva a una escala menor de la que sería la real del fresco. La pintura que nos concierne es el boceto de la Visitación pintada después al fresco, al igual que el boceto de esta serie conservado en las Colecciones del Banco de España, La presentación de la Virgen en el templo, (CAT.P_79). Sin embargo, estas pinturas están más más acabada que un simple boceto. Este ciclo pictórico da prueba de la importante influencia que sobre los
pintores españoles del siglo XVIII tuvo la obra de Corrado Giaquinto.
El pasaje evangélico de la Visitación cuenta que después del anuncio del arcángel San Gabriel a la Virgen, María visitó a su prima Santa Isabel que también estaba encinta de San Juan Bautista. El encuentro entre ambas mujeres, que se saludan tomándose de la mano, se produce a las puertas de la casa de Isabel y Zacarías, que se representa con un arquitectura palaciega clasicista barroca. A María le acompaña su esposo San José, junto a mula que les llevará a Belén. Como fondo hay un cielo nuboso sobre el que se recortan algunos frondosos árboles. La composición está, como el resto de cuadros de la seria, sometido a una perspectiva para ser vista de abajo a arriba.
En el año 2015, la Diputación Provincial de Huesca adquirió el conjunto monástico de la
Cartuja, declarado Bien de Interés Cultural, que había permanecido en manos privadas desde la exclaustración de sus monjes en el siglo XIX.
Procedencia: colección Estavillo, Madrid,
Publicado en: Exposición pinturas de los siglos XVII, XVIII y XIX, celebrada en la sala Atenea de Huesca en abril de 1981.
Calvo Ruata, José Ignacio, Vida y obra del pintor fray Manuel Bayeu, “Parte tercera: Catalogo de obras”, Tesis doctoral, 2016, Universidad de Zaragoza, pág. 26 y figs. 25 y 26.
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