650-FRANS SNYDERS (Amberes, 1579-1657) y taller

Atribuido a Frans Snyders (Amberes, 1579-1657) y taller

Fábula del león y el ratón

Lienzo. 130 x 180 cm.

Inscripciones: “292 M. de. R.” en ángulo inferior derecho.

Procedencia:

Gaspar de Remisa Miarons, Marqués de Remisa (San Hipólito de Voltregá, 1784-Madrid, 1847): “292. Escuela flamenca. Lienzo/ La fábula del León y el Ratón; original de Pedro [sic] de Vos. Tiene de alto cuatro pies y seis pulgadas, y de ancho seis y once pulgadas. / 5.000”; colección privada.

La pintura se encuentra en la colección de los actuales propietarios desde hace varias generaciones y su procedencia anterior es quizá todavía más destacada como muestra el registro en el inventario de la colección del banquero y coleccionista D. Gaspar de Remisa, realizado por el pintor y escritor sobre arte, Ceferino Araujo (1824-1897) el 5 de marzo de 1846 (Martínez Plaza). La tasación, en reales de vellón, es similar a pinturas atribuidas a la mano de Murillo, Durero o Rubens (nº 2, 3 o 5) así como coherente con las otras pinturas atribuidas a Frans Snyders y Paul de Vos.

La pintura representa un tema singular y de gran éxito tomado de las Fábulas de Esopo (c. 600 - 564 a. C.) y nos remite a la buena acción que el león había hecho previamente perdonando la vida al ratón que ahora le devuelve el favor a pesar de su pequeñez, invitando así a la reflexión sobre lo erróneo del juicio por la apariencia. La fábula como asunto pictórico fue introducido por Rubens y popularizado por Frans Snyders, a partir de las décadas de 1620 y hasta la de 1640 incluida (Koslow, p. 259). Es en su taller donde a partir del año 1627 colaborará también su cuñado Paul de Vos, al que regala uno de sus dos libros de las Fábulas de Esopo ilustrado por Marcus Gheeraerts, el Joven. Como señala Koslow, esta noticia confirma que la composición de estas ilustraciones servirá de modelo primario para Snyders, como se muestra en el caso del León y el ratón. La representación de las Fábulas tendrá un gran éxito y difusión en el siglo XVII, tanto en serie, generalmente de siete piezas, como en representaciones individuales, y será especialmente atractiva para los coleccionistas españoles del momento. 

La escena es sencilla y acotada al tema, sin concesiones al paisaje que se adivina en la lejanía e incluso el tronco del árbol se percibe a contraluz y sin detalles. Sin embargo, el pintor se vuelca especialmente en la cabeza y cuerpo del león. Las pinceladas cortas, con carga material, revelan el denso pelaje, la potente dentadura o la dimensión de sus garras. Un expresivo movimiento de la pincelada modela los músculos, los rasgos, la mirada, la boca abierta mostrando los incisivos implacables. La escena del León y el ratón fue especialmente atractiva como se refleja en la cantidad de pinturas conocidas actualmente en diversas colecciones y en las cuales el león presenta idéntica composición y sólo varía la interpretación del fondo (Robels, 1989 y Koslow), Aparece en el boceto del "Wallraf-Richartz Museum" junto a otro león de frente, y de nuevo en el lienzo de la "Alte Pinakothek" de Múnich persiguiendo a un corzo (c. 1620, L. 163 x 240 cm.), ambos atribuidos a Frans Snyders. El mismo león ya interpretado como fábula destaca en los lienzos de "Chequers Court" (como Snyders, L. 167 x 243 cm.), "Chateau de Canisy" (como Rubens y Snyders) y colección privada (Estudio de Snyders, L. 140,3 x 192,4 cm.), así como la versión del Museo del Prado, también considerada como Snyders, que se aleja de las anteriormente mencionadas. En concreto, el lienzo que nos ocupa presenta una composición muy cercana a la aparecida en Londres, Sotheby's 2012 (como Snyders y taller, L. 140,3 x 192,4 cm.), se concentra compositivamente en el león colocado en un claro primer plano, dejando el árbol y el paisaje con un tratamiento muy esquemático. Ambos son desconocidos en los estudios de Robels y Koslow. Es notoria la predominante atribución de esta composición a Frans Snyders en las pinturas conocidas actualmente, así como la atribución tanto a su mano como a la de Paul de Vos en los posteriores. En este sentido, la única versión atribuida a Paul de Vos y taller se encuentra en Irlanda, "Culzean Castle", presenta una composición diferente y con gran presencia del paisaje elevado en la línea del horizonte. Este, además, sigue más de cerca la composición original de Marcus Gheeraerts y transmite una mayor sensibilidad en la cara de la fiera, que en cierta manera ha perdido la fuerza y el poderío del león de Frans Snyders. Por lo tanto, es fácil entender la confusión en los inventarios entre la autoría de Frans Snyders y la de su cuñado, Paul de Vos, que comienza ya en el siglo XVIII. Sin embargo, este último presenta una factura de su pincelada más ancha, con los contornos menos precisos, las tonalidades más claras y un mayor grado de dramatismo en sus animales. En la pintura que nos ocupa, tanto la factura como el tema son propios de Snyders, como demuestran tanto los documentos de la época, así como las atribuciones actuales en los museos y colecciones. Sin embargo, es probable la colaboración de su taller y, en concreto, de Paul de Vos, como muestra la numerosa cantidad de versiones conocidas.