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29 de diciembre de 2022 - 11:00h
Fecha de cierre 29 diciembre, 11:02
Subasta presencial
541-ESCUELA DE JUAN DE FLANDES
Precio de salida:
22.000 €
Rematado en:
23000 €
ESCUELA DE JUAN DE FLANDES
Primera década del S.XVI
"San Miguel Arcángel vencedor del diablo"
Tempera sobre tela
Medidas: 76 x 106 cm.
Copia del políptico de San Miguel Arcángel de Juan de Flandes de óleo sobre tabla de madera que actualmente puede apreciarse en las Salas Capitulares del claustro de la Catedral Vieja de Salamanca.
La pintura podría considerarse una sarga. Este tipo de obras se hacían sobre lino o cáñamo sin preparación, solo con una capa de imprimación de aglutinante soluble al agua (cola proteínica). Solían tener aspecto mate y claro debido a su técnica. Por su extrema sensibilidad han llegado muy pocas y las que han sobrevivido a los siglos suelen estar algo alteradas en su conservación. Las hay de colores y de grisallas. A pesar de su carácter efímero, esta es una técnica que requería una rápida ejecución, un trazo certero ya que la técnica no admita errores, de ahí que este caso sea una copia de una tabla de mayor ejecución. Este tipo de obras fue una especialidad consolidada a finales del medievo, con el oficio del sarguero o cortinero. Las sargas se usaban en época de Cuaresma, se enrollaban temporalmente y se usaban cada año con fines litúrgicos, entre otros. En España, a fines del siglo XV y principios del siglo XVI estaban en pleno auge, entrado en decadencia a fines del siglo XVI. Las telas usadas solían ser de una trama de sarga o dibujo de espiguilla, de ahí su nombre, aunque con el tiempo se empleará también la tela de anjeo, tela gruesa con ligamento de tafetán con hilos de estopa, lino o cáñamo.
La obra, dado su calidad, habría sido pintada en el taller de Juan de Flandes, copiando el panel central del retablo que hoy se conserva en el Museo Diocesano de Salamanca. Juan de Flandes fue uno de los pintores más importantes del Renacimiento español, que trabajó en la corte de Isabel La Católica desde 1496 hasta la fecha en que ésta murió, donde ejerció como pintor de cámara. En su obra, como en la de sus discípulos, se aprecia la enorme influencia de la escuela de Gante, de la que también formaban parte Hugo van der Roes, Dirk Bouts y Justo de Gante, así como de la obra de Hans Memling, aprendida en la ciudad de Brujas.
Cuando la corte de la reina católica se estableció en Salamanca, se le encargó pintar un retablo que tenía como destino el nicho funerario de los hermanos Rodríguez de San Isidro en la catedral vieja de la ciudad. El retablo lo conforman tres calles verticales y dos horizontales, un total de seis paneles. Uno de ellos, el central y de mayor tamaño e importancia, representa a San Miguel Arcángel vencedor del demonio, entre las pinturas de Santiago el Mayor y San Francisco de Asís. La figura de San Miguel, empuña la espada sagrada justo en el preciso momento en el que está a punto de acabar con una especie de serpiente que personifica al diablo. El príncipe de los arcángeles, apareceré ataviado como un caballero medieval, con armadura y capa roja, en el momento de cortar la cabeza a la figura diabólica. En el pectoral y en el escudo de la armadura, puede verse la batalla entre los ángeles celestiales y los caídos, como describe el libro del Apocalipsis.
Existe otra versión sobre tela conservada en el Museo de Salamanca, obra de Juan Pérez Casatus, realizada en 1587.
Primera década del S.XVI
"San Miguel Arcángel vencedor del diablo"
Tempera sobre tela
Medidas: 76 x 106 cm.
Copia del políptico de San Miguel Arcángel de Juan de Flandes de óleo sobre tabla de madera que actualmente puede apreciarse en las Salas Capitulares del claustro de la Catedral Vieja de Salamanca.
La pintura podría considerarse una sarga. Este tipo de obras se hacían sobre lino o cáñamo sin preparación, solo con una capa de imprimación de aglutinante soluble al agua (cola proteínica). Solían tener aspecto mate y claro debido a su técnica. Por su extrema sensibilidad han llegado muy pocas y las que han sobrevivido a los siglos suelen estar algo alteradas en su conservación. Las hay de colores y de grisallas. A pesar de su carácter efímero, esta es una técnica que requería una rápida ejecución, un trazo certero ya que la técnica no admita errores, de ahí que este caso sea una copia de una tabla de mayor ejecución. Este tipo de obras fue una especialidad consolidada a finales del medievo, con el oficio del sarguero o cortinero. Las sargas se usaban en época de Cuaresma, se enrollaban temporalmente y se usaban cada año con fines litúrgicos, entre otros. En España, a fines del siglo XV y principios del siglo XVI estaban en pleno auge, entrado en decadencia a fines del siglo XVI. Las telas usadas solían ser de una trama de sarga o dibujo de espiguilla, de ahí su nombre, aunque con el tiempo se empleará también la tela de anjeo, tela gruesa con ligamento de tafetán con hilos de estopa, lino o cáñamo.
La obra, dado su calidad, habría sido pintada en el taller de Juan de Flandes, copiando el panel central del retablo que hoy se conserva en el Museo Diocesano de Salamanca. Juan de Flandes fue uno de los pintores más importantes del Renacimiento español, que trabajó en la corte de Isabel La Católica desde 1496 hasta la fecha en que ésta murió, donde ejerció como pintor de cámara. En su obra, como en la de sus discípulos, se aprecia la enorme influencia de la escuela de Gante, de la que también formaban parte Hugo van der Roes, Dirk Bouts y Justo de Gante, así como de la obra de Hans Memling, aprendida en la ciudad de Brujas.
Cuando la corte de la reina católica se estableció en Salamanca, se le encargó pintar un retablo que tenía como destino el nicho funerario de los hermanos Rodríguez de San Isidro en la catedral vieja de la ciudad. El retablo lo conforman tres calles verticales y dos horizontales, un total de seis paneles. Uno de ellos, el central y de mayor tamaño e importancia, representa a San Miguel Arcángel vencedor del demonio, entre las pinturas de Santiago el Mayor y San Francisco de Asís. La figura de San Miguel, empuña la espada sagrada justo en el preciso momento en el que está a punto de acabar con una especie de serpiente que personifica al diablo. El príncipe de los arcángeles, apareceré ataviado como un caballero medieval, con armadura y capa roja, en el momento de cortar la cabeza a la figura diabólica. En el pectoral y en el escudo de la armadura, puede verse la batalla entre los ángeles celestiales y los caídos, como describe el libro del Apocalipsis.
Existe otra versión sobre tela conservada en el Museo de Salamanca, obra de Juan Pérez Casatus, realizada en 1587.
ESCUELA DE JUAN DE FLANDES
Primera década del S.XVI
"San Miguel Arcángel vencedor del diablo"
Tempera sobre tela
Medidas: 76 x 106 cm.
Copia del políptico de San Miguel Arcángel de Juan de Flandes de óleo sobre tabla de madera que actualmente puede apreciarse en las Salas Capitulares del claustro de la Catedral Vieja de Salamanca.
La pintura podría considerarse una sarga. Este tipo de obras se hacían sobre lino o cáñamo sin preparación, solo con una capa de imprimación de aglutinante soluble al agua (cola proteínica). Solían tener aspecto mate y claro debido a su técnica. Por su extrema sensibilidad han llegado muy pocas y las que han sobrevivido a los siglos suelen estar algo alteradas en su conservación. Las hay de colores y de grisallas. A pesar de su carácter efímero, esta es una técnica que requería una rápida ejecución, un trazo certero ya que la técnica no admita errores, de ahí que este caso sea una copia de una tabla de mayor ejecución. Este tipo de obras fue una especialidad consolidada a finales del medievo, con el oficio del sarguero o cortinero. Las sargas se usaban en época de Cuaresma, se enrollaban temporalmente y se usaban cada año con fines litúrgicos, entre otros. En España, a fines del siglo XV y principios del siglo XVI estaban en pleno auge, entrado en decadencia a fines del siglo XVI. Las telas usadas solían ser de una trama de sarga o dibujo de espiguilla, de ahí su nombre, aunque con el tiempo se empleará también la tela de anjeo, tela gruesa con ligamento de tafetán con hilos de estopa, lino o cáñamo.
La obra, dado su calidad, habría sido pintada en el taller de Juan de Flandes, copiando el panel central del retablo que hoy se conserva en el Museo Diocesano de Salamanca. Juan de Flandes fue uno de los pintores más importantes del Renacimiento español, que trabajó en la corte de Isabel La Católica desde 1496 hasta la fecha en que ésta murió, donde ejerció como pintor de cámara. En su obra, como en la de sus discípulos, se aprecia la enorme influencia de la escuela de Gante, de la que también formaban parte Hugo van der Roes, Dirk Bouts y Justo de Gante, así como de la obra de Hans Memling, aprendida en la ciudad de Brujas.
Cuando la corte de la reina católica se estableció en Salamanca, se le encargó pintar un retablo que tenía como destino el nicho funerario de los hermanos Rodríguez de San Isidro en la catedral vieja de la ciudad. El retablo lo conforman tres calles verticales y dos horizontales, un total de seis paneles. Uno de ellos, el central y de mayor tamaño e importancia, representa a San Miguel Arcángel vencedor del demonio, entre las pinturas de Santiago el Mayor y San Francisco de Asís. La figura de San Miguel, empuña la espada sagrada justo en el preciso momento en el que está a punto de acabar con una especie de serpiente que personifica al diablo. El príncipe de los arcángeles, apareceré ataviado como un caballero medieval, con armadura y capa roja, en el momento de cortar la cabeza a la figura diabólica. En el pectoral y en el escudo de la armadura, puede verse la batalla entre los ángeles celestiales y los caídos, como describe el libro del Apocalipsis.
Existe otra versión sobre tela conservada en el Museo de Salamanca, obra de Juan Pérez Casatus, realizada en 1587.
Primera década del S.XVI
"San Miguel Arcángel vencedor del diablo"
Tempera sobre tela
Medidas: 76 x 106 cm.
Copia del políptico de San Miguel Arcángel de Juan de Flandes de óleo sobre tabla de madera que actualmente puede apreciarse en las Salas Capitulares del claustro de la Catedral Vieja de Salamanca.
La pintura podría considerarse una sarga. Este tipo de obras se hacían sobre lino o cáñamo sin preparación, solo con una capa de imprimación de aglutinante soluble al agua (cola proteínica). Solían tener aspecto mate y claro debido a su técnica. Por su extrema sensibilidad han llegado muy pocas y las que han sobrevivido a los siglos suelen estar algo alteradas en su conservación. Las hay de colores y de grisallas. A pesar de su carácter efímero, esta es una técnica que requería una rápida ejecución, un trazo certero ya que la técnica no admita errores, de ahí que este caso sea una copia de una tabla de mayor ejecución. Este tipo de obras fue una especialidad consolidada a finales del medievo, con el oficio del sarguero o cortinero. Las sargas se usaban en época de Cuaresma, se enrollaban temporalmente y se usaban cada año con fines litúrgicos, entre otros. En España, a fines del siglo XV y principios del siglo XVI estaban en pleno auge, entrado en decadencia a fines del siglo XVI. Las telas usadas solían ser de una trama de sarga o dibujo de espiguilla, de ahí su nombre, aunque con el tiempo se empleará también la tela de anjeo, tela gruesa con ligamento de tafetán con hilos de estopa, lino o cáñamo.
La obra, dado su calidad, habría sido pintada en el taller de Juan de Flandes, copiando el panel central del retablo que hoy se conserva en el Museo Diocesano de Salamanca. Juan de Flandes fue uno de los pintores más importantes del Renacimiento español, que trabajó en la corte de Isabel La Católica desde 1496 hasta la fecha en que ésta murió, donde ejerció como pintor de cámara. En su obra, como en la de sus discípulos, se aprecia la enorme influencia de la escuela de Gante, de la que también formaban parte Hugo van der Roes, Dirk Bouts y Justo de Gante, así como de la obra de Hans Memling, aprendida en la ciudad de Brujas.
Cuando la corte de la reina católica se estableció en Salamanca, se le encargó pintar un retablo que tenía como destino el nicho funerario de los hermanos Rodríguez de San Isidro en la catedral vieja de la ciudad. El retablo lo conforman tres calles verticales y dos horizontales, un total de seis paneles. Uno de ellos, el central y de mayor tamaño e importancia, representa a San Miguel Arcángel vencedor del demonio, entre las pinturas de Santiago el Mayor y San Francisco de Asís. La figura de San Miguel, empuña la espada sagrada justo en el preciso momento en el que está a punto de acabar con una especie de serpiente que personifica al diablo. El príncipe de los arcángeles, apareceré ataviado como un caballero medieval, con armadura y capa roja, en el momento de cortar la cabeza a la figura diabólica. En el pectoral y en el escudo de la armadura, puede verse la batalla entre los ángeles celestiales y los caídos, como describe el libro del Apocalipsis.
Existe otra versión sobre tela conservada en el Museo de Salamanca, obra de Juan Pérez Casatus, realizada en 1587.
| Rematado en | 23.000,00 € |
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